Es la disminución de cantidad de hemoglobina o cifra de eritrocitos. Puede producir síntomas como cansancio, mareos, respiración y ritmo cardiaco acelerados, caída de cabello, uñas frágiles, palidez, dolor de cabeza, temblor en las piernas. Puede ser causada por deficiencias nutricionales (hierro, vitamina B12, ácido fólico), infecciones, enfermedades crónicas, enfermedades autoinmunes, perdidas crónicas de sangre. Es importante un adecuado diagnóstico de la anemia, y no debe ser tratada únicamente sin estudiarse, ya que puede ser la primera manifestación de alguna otra enfermedad grave como cáncer, problemas renales, enfermedades autoinmunes, infecciones crónicas. Acude con tu internista de confianza para que realice un protocolo adecuado de tu anemia.
Es una enfermedad caracterizada por fibrosis por cicatrización en el hígado, en respuesta a lesiones por largos periodos. El hígado cumple múltiples funciones, extrae los nutrientes absorbidos por el intestino y los procesa para su posterior uso. Produce bilis la cual es necesaria para la absorción de grasas y vitaminas liposolubles (Vitamina A, D, E y K). Procesa y elimina medicamentos o toxinas de la sangre y los excreta por la bilis. Produce proteínas como albumina y proteínas de la coagulación. Los síntomas al inicio son inespecíficos y pueden ser prurito generalizado (comezón en todo el cuerpo), cansancio, y posteriormente aparecen otros signos y síntomas como hinchazón (edema), ascitis (agua dentro del abdomen), ictericia (coloración amarilla en piel y tejidos), hemorragia intestinal, y desorientación (encefalopatía hepática). Existen múltiples causas que pueden lesionar el hígado, entre las que se incluyen al hígado graso, consumo crónico de alcohol, infecciones víricas (hepatitis B y C principalmente), fármacos, productos naturistas, herbolaria, enfermedades autoinmunes (hepatitis autoinmune, colangitis biliar primaria, colangitis esclerosante primaria). El diagnóstico definitivo se realiza por medio de biopsia, pero no es siempre necesaria, ya que, por medio de factores de riesgo, historia clínica, exploración física, análisis de laboratorio, estudios de imagen como ultrasonido y elastografia hepática puede realizarse un diagnóstico. Es prioritario identificar la causa del daño hepático, así como tratar sus complicaciones y sus síntomas.
Es un grupo de enfermedades crónicas que se caracterizan por la elevación del azúcar en sangre, que con el tiempo esa elevación persistente llevara a complicaciones del corazón, vasos sanguíneos, riñones, ojos y nervios. La más frecuente es la diabetes tipo 2, que es más frecuente en adultos, aunque también puede presentarse en niños, en esta las células del cuerpo se vuelven resistentes al efecto de la insulina. Actualmente hay fármacos muy eficaces y seguros para el tratamiento de la diabetes tipo 2, por lo que si el paciente se encuentra bien controlado no presentara las complicaciones antes mencionadas. La diabetes tipo 1 es más frecuente en niños y adolescentes, se caracteriza por una disminución o nula secreción de insulina por el páncreas, los pacientes con diabetes tipo 1 necesitan forzosamente insulina para el tratamiento. Así que recordar que lo que disminuirá el riesgo de complicaciones a corto y largo plazo es llevar un tratamiento adecuado y dentro de las metas de control.
El edema es la presencia de aumento de líquido o agua en el intersticio (espacio que existe entre las células de los tejidos). Es importante saber sus características, si es agudo o crónico, en donde está localizado, si tiene predominio de horario, que consistencia tiene (blando o duro), si existe dolor a la palpación, temperatura (si es caliente o frio), si hay factores que lo disminuyen o lo precipitan, y si existen otros síntomas como cansancio o falta de aire. Puede ser causado por enfermedades del corazón, del riñón, del hígado, de la tiroides, embarazo, desnutrición, infecciones, algunos tipos de cáncer, medicamentos, productos naturistas, etc…. Si usted presenta edema no solo deben de otorgarse diuréticos (medicamentos que hacen orinar), se tiene que investigar la causa para poder encontrar una resolución del mismo y lo más importante para descartar que no se tenga una enfermedad grave y que el edema sea solo una manifestación inicial
La disnea es una sensación de dificultad para respirar. Es una causa frecuente de búsqueda de atención medica ya sea en servicios de urgencias o en consulta médica. Se incrementa su frecuencia con la edad, y con actividades que incrementan el esfuerzo físico. La disnea de inicio rápido o grave puede ser secundaria a un infarto en el corazón, embolia pulmonar, neumotórax espontaneo (que se ponche un pulmón) y ellas ameritan atención médica urgente. La disnea crónica puede ser secundaria a enfermedades cardiacas (insuficiencia cardiaca, hipertensión crónica), pulmonares (EPOC, fibrosis pulmonar, embolia pulmonar crónica, derrame pleural (agua en los pulmones)), enfermedades tiroideas, obesidad, anemia crónica o aguda, etc…. Si usted presenta disnea acuda con su médico para realizar un protocolo y encontrar una causa especifica y se otorgue un tratamiento dirigido.
Es la inflamación del tejido pulmonar generalmente de causa infecciosa (virus, bacterias, hongos o parásitos). Afecta con mayor frecuencia a adultos mayores y personas que cursan con otras enfermedades que alteran las defensas del organismo (diabetes, infección por VIH, EPOC, asma, obesidad, desnutrición, tabaquismo). El paciente con neumonía generalmente presenta fiebre, falta de aire (disnea), tos (seca o productiva), escalofríos, y dolor torácico al respirar. Existen factores que se deben tener en cuenta para decidir manejo intrahospitalario o manejo ambulatorio (en casa) de acuerdo a la gravedad de la misma. El tratamiento dependerá del agente causal para determinar si es necesario el uso de antibióticos, antivirales, así como oxígeno en caso de ser necesario, antiinflamatorios dependiendo los síntomas y la gravedad. Es importante la vacunación en personas con factores de riesgo para disminuir el riesgo de neumonía, así como evitar el tabaquismo.
La pérdida anormal de peso no intencionada es una disminución del peso cuando no estas tratando de perder peso, no estas en una dieta restringida en calorías o no estás haciendo cambios en tu actividad o dieta que conlleven a que bajes de peso. Se considera importante cuando tienes una disminución de más del 5% del peso corporal en los últimos 6 a 12 meses. Puede ser la primera manifestación de una enfermedad grave. Entre las causas se encuentran las infecciones (VIH/SIDA, infecciones parasitarias), cáncer, enfermedades metabólicas (diabetes, hipertiroidismo, enfermedad de Addison, entre otras), problemas de absorción intestinal (pancreatitis crónica, enfermedad de Crohn, enfermedad celiaca, desnutrición, ulcera péptica, entre otras), enfermedades de corazón, enfermedades del hígado, medicamentos, enfermedades mentales (demencia, depresión, ansiedad, anorexia nerviosa). En caso de tener pérdida de peso acude con tu internista quien, por medio de la historia clínica, exploración física, análisis de sangre, estudios de imagen, endoscopias, deberá descartar enfermedades graves que pongan en peligro tu vida
La trombocitopenia es la disminución de plaquetas por debajo de 150 mil. Las plaquetas son células que carecen de núcleo, tienen una vida media de 7 hasta 12 días aproximadamente. Los síntomas que produce tener plaquetas bajas son sangrados espontaneo por mucosas, sangrado al orinar, sangrado al evacuar, aparición fácil de hematomas (moretones), petequias (puntos rojos en la piel de tamaño de la cabeza de un alfiler), sangrado vaginal abundante en las mujeres durante su periodo menstrual. Existen muchas causas que pueden provocar una disminución en la cifra de plaquetas. Entre las causas que deben estudiarse son enfermedades del hígado, crecimiento del bazo, infecciones, algunos tipos de cáncer (linfomas, leucemias, canceres que invadan la medula ósea), enfermedades de tipo autoinmune (lupus eritematoso sistémico, síndromes antifosfolípidos, síndrome de Evans), y trombocitopenia inmune primaria. Con cifras por arriba de 50 mil generalmente no existe riesgo de sangrado, al menos que existan otras patologías que predispongan al sangrado. Si cuentas con plaquetas bajas acude con tu internista para que realice un protocolo diagnóstico y determine la causa de tus plaquetas bajas y se otorgue un tratamiento adecuado.